Mostrando entradas con la etiqueta Reseñas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Reseñas. Mostrar todas las entradas

domingo, 12 de junio de 2011

Desalojos, de Miriam Reyes


Desalojos
Miriam Reyes
Editorial Hiperión.
Madrid, 2008
68 págs.
POESÍA



Poemas a la muerte del ser querido, de la persona que te dio la vida. Un paso más que supone la consolidación de una voz que desde sus inicios se mostraba diferente. Es difícil hacer elegía pura, género lírico por excelencia, sin caer en lo sensiblero o en los tópicos más frecuentes.

         Pero Miriam Reyes (Orense, 1974) lo consigue en este Desalojos, su tercer poemario, tras Espejo negro (DVD) y Bella durmiente (Hiperión), una elegía por la muerte de su abuela que es, a la vez de llanto por el ser amado, ruptura definitiva con el pasado y con todo lo que va quedando de él. Sólo queda la huida:

La tierra prometida es cosa de otros.
Para nosotros la arena:
un paisaje que cambia con el viento.


        Su mirada desolada ante la reacción y las maneras de los otros no encuentra más refugio que el de la escritura:

Extraña manera de estar viva
esta manera de traducirse
en palabras.

        El desalojo del título hace referencia al reparto que los familiares se van haciendo de los objetos que llenan el piso de la difunta. La poeta permanece ajena a todo, recordando momentos y sensaciones con su abuela.

Ahora estás con todos
quien te quiera tener te tendrá como nunca
sin necesidad de discutir
dónde dormirás esta noche con quién pasarás el próximo verano.
Pero fuera no estás: la ciudad vacía la casa devuelta
la familia un montón de extraños unidos apenas por un amor
que les diste y todavía conservan.


         Como la vida misma tamizada por la belleza de sus versos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Todo como antes, de Kjeld Askildsen



Todo como antes
Kjell Askildsen
Prólogo de Julián Rodríguez
Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Debolsillo. Lengua de Trapo.
253 páginas
RELATOS BREVES

La ocasión de conocer la obra de uno de los autores noruegos más importantes, emparentado con algunos de los mayores autores de relatos del siglo pasado, como Kafka, Helmut Broch y Raymond Carver.



        Tres de los mejores libros de relatos de Kjell Askildsen (1929) se reúnen en este volumen: Últimas notas de Thomas F. para la humanidad (1983), donde reflexiona sobre la vejez, la soledad y el absurdo en el que se desenvuelven las relaciones humanas. Sus personajes parecen estar cansados de vivir: “La vida no quiere desprenderse de mí” dice uno de ellos que podría ser el propio autor. “Cuando morimos al menos dejamos de contradecirnos…” dice su hermano, que también podría ser el autor. Todo es casual. Nada parece ser lo suficientemente importante para ser recordado y, sin embargo, se nos queda pegado al alma. “Escribe mucho sobre el amor, sobre todo el amor físico. Me pregunto dónde lo habrá aprendido.”

        El segundo libro recogido es Un vasto y desierto paisaje (1992), donde a los temas anteriores se les une la sensación agotadora de que nunca aprendemos, de que una y otra vez caemos en la misma trampa. Cuentos breves, a veces muy breves, e intensos que piden ser leídos varias veces. En el relato que da título al libro se refiere a su mujer, a la que están enterrando con estas palabras: “No se podía hablar con ella de esas cosas, pues enseguida empezaba a hurgar en el interior de uno.” Los cuentos de Askildsen siempre hurgan en el interior de uno y de todos. El nihilismo aparente y formal oculta toda una declaración abierta del sentido de la vida.

        El tercer libro de esta colección es Los perros de Tesalónica (1996). El título hace referencia a “aquellos perros que después de copular ya no podían separarse.” Es toda una declaración de intenciones. Desde que publicó su primer libro, Desde ahora te acompañaré a casa (Lengua de Trapo, 2008), fue tachado de inmoral en su país. Quizá sea que a algunos no les gusta verse reflejados con tanto acierto en sus páginas.

domingo, 8 de mayo de 2011

Gritar, de Ricardo Menéndez Salmón


Gritar
Ricardo Menéndez Salmón
Lengua de Trapo
ISBN: 978-84-8381-017-0
121 páginas
Madrid, 2007

¿Por qué no se editan más libros de relatos? Ya son muy pocas las editoriales que les dan cierto margen. Una de ellas, de las más interesantes, es Lengua De Trapo, dirigida por Pote Huerta, que en sus inicios apostó por las ya clásicas Páginas Amarillas y Líneas Aéreas, dos antologías magníficas que reunieron a lo mejor del relato español, la primera, y sudamericano, la segunda. Ahora publica este Gritar, del novelista español revelación de 2007 con La Ofensa (Seix Barral), Ricardo Menéndez Salmón. Se trata de su segundo libro de relatos, tras Los Caballos Azules (Trea, 2005), donde ya mostraba su gran capacidad para este género.



 Casi todas las historias de Gritar tratan de personas aparentemente normales que en un momento dado de sus vidas se cruzan con la muerte de un ser querido. En casi todas ellas, además, la escritura o la lectura ocupan un lugar predominante en sus acciones.

        “La vida en llamas”, el relato que inicia el libro, cuenta la historia de un joven que cuida a su padre en sus últimos días leyéndole un libro que parece que los une a ambos como nunca antes. Mientras tanto él fantasea con la vecina embarazada. Las mujeres embarazadas son también una constante en la obra de Ricardo Menéndez Salmón. “La vida en llamas” nos habla del poder sanador de la literatura, de cómo es posible que nos una más a los seres más queridos, porque a veces olvidamos que lo son.

El título del libro no importa demasiado. En cualquier caso, puedo asegurar que contaba una de esas historias que merecen ser escuchadas al menos una vez en la vida.
       
        Y el padre del narrador pudo hacerlo. Y este comprendió:

cuánto dolor existe en cada vida que nos rodea: la de las mujeres que esperan, la de los hijos que pierden a sus padres, la de los hombres en llamas.

En “Hablemos de Joyce si quiere” un joven aspirante a escritor que sobrevive haciendo encuestas sube al piso de un señor que le es extrañamente familiar y que con el tiempo lo será aun más.

Así que conoce a Joyce —dice el Martín cincuentón—. Hablemos de Joyce si quiere. ¿Es usted escritor?

        Así comienza todo. “A nuestros amores” cuenta la historia de un pintor que recuerda a una novia con la que fue a ver Al final de la escapada, de Jean Luc Godard. Tras ver la película se besaron de una forma tan apasionada que sintieron que ya nunca nada iba a ser igual. Es curioso: a mí me ocurrió algo parecido.

        En todas las historias aparece la literatura o el cine, el arte que, como ya escribió Vila-Matas, da sentido intelectual a nuestras vidas. La única historia que no sigue este axioma es la que da título al libro, “Gritar”, que el autor dedica a Hipólito G. Navarro, el contador de cuentos onubense, y que sigue el método cortazariano, que tanto ha cultivado Hipólito, de tratar lo extraño como si no lo fuera, creando así situaciones extrañas e impactantes. Los que aún no conozcan al narrador gijonés Ricardo Menéndez Salmón tienen aquí una formidable excusa para pasar un buen rato, leyendo historias sobre la vida y el arte, conocerse un poco más a sí mismo y, de paso, conocer a uno de nuestros mejores narradores actuales.

sábado, 7 de mayo de 2011

Calle de las Tiendas Oscuras, de Patrick Modiano



Calle de las Tiendas Oscuras
Patrick Modiano
Premio Goncourt
Editorial Anagrama
233 páginas
NOVELA

La mejor noticia que nos ha dado últimamente la industria editorial española es la recuperación de los libros del francés Patrick Modiano.



        El último caso es esta brillantísima Calle de las Tiendas Oscuras, con la que obtuvo en 1978 el Premio Goncourt y que edita Anagrama, como ya hiciera el año pasado con Un pedigrí y En el café de la juventud perdida.

        Un hombre aparece en París sin saber ni recordar nada de sí mismo y comienza a indagar en su pasado. Los pocos detalles que va conociendo le llevan al periodo de la ocupación, de los primeros años cuarenta. Dos mujeres hermosas y dos amigos se vislumbran entre nieblas y, poco a poco, nuestro protagonista va encontrando su sitio entre ellos.

        El lector se siente llevado de una realidad, que no sabe si es la cierta, a otra más grave que va tomando forma y deja ver las siluetas precisas. La historia de Guy Roland, si es que ese era su nombre, es la historia de Francia y la historia del mundo.

        Las novelas de Patrick Modiano, y esta es sin duda una de las mejores, siempre nos hablan de nosotros mismos.

viernes, 6 de mayo de 2011

El comienzo de la primavera, de Patricio Pron.





El comienzo de la primavera
Patricio Pron
XXIV Premio Jaén de Novela
Editorial Mondadori.
247 páginas.
NOVELA

Una visión de Alemania, de su arte y pensamiento, de cómo sucumbió al empuje y las ideas de Hitler y de cómo cuando se dieron cuenta del grave error ya era tarde.

Pero no sólo es un viaje por el pasado. La mirada de Pron abarca el presente y nos cuenta cómo hoy se siguen cometiendo los mismos errores.



       Se trata de la cuarta novela del argentino Patricio Pron (1975) y primera que se publica en España. No olviden a este autor, que está llamado a empresas muy altas. Y ya lo es, de largo, esta novela que cuenta la peripecia, vital e intelectual, de un joven profesor argentino, Martínez, en busca de un filósofo alemán apenas conocido, Hollenbach, discípulo y amigo de Heidegger.

        La teoría de Hollenbach, que tanto fascina al narrador, es la discontinuidad de la historia. Su explicación de los hechos es que estos no tienen explicación, que no hay ni causa ni efecto. Todo son circunstancias y nada sobrevive, si acaso lo que olvidamos sobrevive. Y quién sabe, quizá sea cierto que sólo así pueda explicarse el caos que nos rodea.

        Los acontecimientos van sucediéndose de una manera alocada en torno al protagonista que, a veces, se ve abrumado por los hechos y por los nuevos descubrimientos que va haciendo. La biografía de Hollenbach, su familia, su entorno, el propio Heidegger y otros profesores le envuelven no sólo intelectualmente. Él, Martínez, que a partir de la lectura de la lectura de una de las obras de Hollenbach, indagó y quiso saber más. Le envió una carta donde le pidió permiso para traducir uno de sus libros y recibió la respuesta denegándole el permiso. Hollenbach le preguntaba además por qué quería hacerlo. Y aquí se abre una respuesta que no es sino la misma vida de Martínez:

las razones por las que había estudiado filosofía, los motivos que lo habían convertido en un profesor, el azar de que aquella edición de Sobre la insatisfacción publicada en Cuernavaca llegara a sus manos… la ausencia de razones por las que se había liado con la profesora de alemán…

       Reconocemos los lectores que son esas mismas razones, el azar, algunas inquietudes y la vida, las que nos han llevado a donde estamos, a tener este libro de Patricio Pron entre nuestras manos y a disfrutarlo, a querer mirar hacia el pasado y saber cómo podemos conseguir sus libros anteriores, y a mirar expectantes sus próximas publicaciones: indagamos y queremos saber más.

jueves, 5 de mayo de 2011

Mapa de las corrientes. (De Serafín Portillo)


Mapa de las corrientes
Serafín Portillo
Renacimiento
Sevilla, 2008
POESÍA

Ese instante de ausencia
en que tiembla, se agita y prevalece
un río sin origen.


De eso hablo.

Son los primeros versos del tercer poemario del plasentino Serafín Portillo (1961). Y desde ellos asoma la poética del libro: una reflexión serena y meditada sobre el tiempo y la verdad. Una mirada atrás, al niño que hemos sido y al hombre que hemos deseado ser. Y todo desde un presente en el que no terminamos de creer. ¿Sirve de algo hacernos tantas preguntas? Si sólo buscamos respuestas, no nos sirve. Lo que importa es el camino, el camino que marcan esas corrientes sin origen. Y no hay origen, aunque sí se vislumbra la memoria:

Me refiero al recuerdo
en que aún prevalecen
los restos de la infancia
(…)
Pero es mentira todo,
el recuerdo es mentira.


        En esta indagación aparece la Poesía, quizá la única manera que conoce el poeta de tratar de no olvidar, aunque siempre quedará la duda de si nos permite o no alcanzar algo de plenitud:

Y me digo, si el verso es imposible
y no se justifica, ¿qué convoca?
(…)
¿serán nuestras palabras tan sólo un extravío?


        La Poesía, para Serafín Portillo, es el único camino para recordar ese origen incierto de las corrientes:

Tal vez por eso escriba,
porque no cabe hablar de lo que no sabemos,
sólo expresar ese temblor
que nos alcanza más allá de cuanto
podemos entender…


        Desde Extremadura, su campo y sus paisajes, Serafín Portillo nos ofrece la única respuesta que es posible:

La pregunta es lo que importa.

martes, 19 de abril de 2011

El Poema de Áyax, de José María Algaba

ÁYAX ENTRE NOSOTROS



El poema de Áyax
José María Algaba
VII Premio de Poesía Aljabibe
Endymión, Poesía
ISBN: 84-7731-433-0
61 páginas
Madrid, 2006
      
Siempre me gustaron las historias tristes. Todas menos la mía. Un hombre que no para de reír, pero que en realidad suplica que lo salven a los ojos más tristes y hermosos del mundo. Si algo empezaba a gustarme lo iba haciendo mío y acababa poniéndome en su lugar: la historia de Áyax, por ejemplo. Y me gusta cómo me la cuenta José María Algaba, una voz diferente, la voz a la que todos íntimamente aspiramos:

Habito en un espejo. Obedezco. Las bayas me alimentan
y caen sobre mí animales sombríos, ingravidez y mirtos.


         La historia de Áyax es conocida: el más fuerte entre los guerreros aqueos que van a Troya y el más valiente. Al caer Aquiles con la flecha de Héctor, solicita su puesto. No se lo dan y esa noche, creyendo matar a todos los que prefirieron a Ulises, creyendo haberse convertido en un héroe, da muerte a un rebaño de corderos. Cuando lo descubre no soporta la humillación y se suicida clavándose su propia espada. José María Algaba traslada esta historia al presente. Áyax es el poeta que lucha por ofrecer al mundo sus poemas, a un mundo que conforman su padre y sus hijas.

        Decía Peter Handke que en nuestra vida sólo hay dos momentos esenciales: aquel en el que somos hijos y observamos incrédulos y rebeldes cómo nuestros padres desean formar parte de nuestras vidas; el segundo es cuando tenemos hijos y tratamos de hacer lo que vimos intentar a nuestros padres, que ya no están. Algaba también vive esos dos momentos con las armas de Áyax y con el conocimiento pleno de este mundo. Asume sus momentos más gloriosos y también los de humillación y dolor. Cuando escribe lo hace con sangre de su propia sangre.

Hijas mías, el poema
luchó contra la muerte.


        Porque sabe que el poema que mata es también la única salvación.

No hay más sustancia que la que tienen las palabras
inextricables, luminosas como el pan en la mesa.


        La otra manera de sobrevivir es el hijo. Así aparece en “Casandra, hija mía”, el poema central de esta primera parte del libro. Su hija, como la hija de Príamo, es la única que tiene las respuestas. Pero son respuestas inútiles porque en nada van a cambiar el rumbo de las cosas. La presencia de la hija le evoca también el lado más amable del padre y juntos le dan momentos de belleza, como la que disfrutamos los afortunados lectores de este libro.

Interior con islas, de Manuel Moya

UN SUR DONDE ATRACAR




Interior con islas
Manuel Moya
Pre-textos, Poesía
ISBN: 84-8191-783-4
82 páginas
Valencia, 2006

La insularidad es uno de los grandes temas de Manuel Moya. No de Manuel Moya, sino de Manuel Moya. Dejen que me explique: hay varios Manuel Moya. Algunos son muy obvios porque usan otros nombres; otros no lo son tanto porque para confundirnos llevan el suyo. De todos ellos prefiero a los dos que más difieren: a Violeta C. Rangel, la aventurera que cada noche atraca en un cuerpo distinto a cambio de unas míseras monedas o, a veces, por unas pocas palabras que le son gratas o algo de calor, y al viajero, el explorador de tantas islas lejanas en el tiempo y en el espacio.

         ¿Qué lleva a un poeta serrano y profundamente arraigado en su tierra a dirigir su mirada a las islas? Alguna vez lo ha explicado:

Capturar esas islas, trazarlas sobre el círculo impar de la camilla, fue una grata aventura.

        Y todo ello unido a su particular sentido de obra en marcha o como él la prefiere llamar:

la duna móvil que puede ir dejando atrás, a la vez que añadiendo, elementos en su camino.

        El camino es un proceso de interiorización:

… a las islas no se llega por el mar ni por la vida.
Existen allá donde la luz cruza el espejo.


        Y la mayoría de las veces no tiene retorno:

De ellas no se vuelve, mas si vuelves
no podrás volver del todo.
En sus playas he agotado cuanto fui.


        De todas estas islas yo prefiero “Guanarteme”. Quizá sean razones personales las que me llevan a esta elección. Mis veranos canarios, la familia que es junto a las lecturas lo único que realmente me pertenece, también la belleza:

Nada te costará aceptar que acaso sea la isla más hermosa de la Tierra. Hermosas serán a tus ojos sus mujeres, su apagado volcán, su luz violeta.

        Suscribo estas palabras como si fueran mías: no, realmente son mías. Yo también busco

… un sur
donde atracar…


        Y a veces, la mayoría de ellas, lo encuentro en la mirada de estos versos que me ayudan a cruzar el espejo.