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jueves, 19 de mayo de 2011

Todo como antes, de Kjeld Askildsen



Todo como antes
Kjell Askildsen
Prólogo de Julián Rodríguez
Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Debolsillo. Lengua de Trapo.
253 páginas
RELATOS BREVES

La ocasión de conocer la obra de uno de los autores noruegos más importantes, emparentado con algunos de los mayores autores de relatos del siglo pasado, como Kafka, Helmut Broch y Raymond Carver.



        Tres de los mejores libros de relatos de Kjell Askildsen (1929) se reúnen en este volumen: Últimas notas de Thomas F. para la humanidad (1983), donde reflexiona sobre la vejez, la soledad y el absurdo en el que se desenvuelven las relaciones humanas. Sus personajes parecen estar cansados de vivir: “La vida no quiere desprenderse de mí” dice uno de ellos que podría ser el propio autor. “Cuando morimos al menos dejamos de contradecirnos…” dice su hermano, que también podría ser el autor. Todo es casual. Nada parece ser lo suficientemente importante para ser recordado y, sin embargo, se nos queda pegado al alma. “Escribe mucho sobre el amor, sobre todo el amor físico. Me pregunto dónde lo habrá aprendido.”

        El segundo libro recogido es Un vasto y desierto paisaje (1992), donde a los temas anteriores se les une la sensación agotadora de que nunca aprendemos, de que una y otra vez caemos en la misma trampa. Cuentos breves, a veces muy breves, e intensos que piden ser leídos varias veces. En el relato que da título al libro se refiere a su mujer, a la que están enterrando con estas palabras: “No se podía hablar con ella de esas cosas, pues enseguida empezaba a hurgar en el interior de uno.” Los cuentos de Askildsen siempre hurgan en el interior de uno y de todos. El nihilismo aparente y formal oculta toda una declaración abierta del sentido de la vida.

        El tercer libro de esta colección es Los perros de Tesalónica (1996). El título hace referencia a “aquellos perros que después de copular ya no podían separarse.” Es toda una declaración de intenciones. Desde que publicó su primer libro, Desde ahora te acompañaré a casa (Lengua de Trapo, 2008), fue tachado de inmoral en su país. Quizá sea que a algunos no les gusta verse reflejados con tanto acierto en sus páginas.

domingo, 8 de mayo de 2011

Gritar, de Ricardo Menéndez Salmón


Gritar
Ricardo Menéndez Salmón
Lengua de Trapo
ISBN: 978-84-8381-017-0
121 páginas
Madrid, 2007

¿Por qué no se editan más libros de relatos? Ya son muy pocas las editoriales que les dan cierto margen. Una de ellas, de las más interesantes, es Lengua De Trapo, dirigida por Pote Huerta, que en sus inicios apostó por las ya clásicas Páginas Amarillas y Líneas Aéreas, dos antologías magníficas que reunieron a lo mejor del relato español, la primera, y sudamericano, la segunda. Ahora publica este Gritar, del novelista español revelación de 2007 con La Ofensa (Seix Barral), Ricardo Menéndez Salmón. Se trata de su segundo libro de relatos, tras Los Caballos Azules (Trea, 2005), donde ya mostraba su gran capacidad para este género.



 Casi todas las historias de Gritar tratan de personas aparentemente normales que en un momento dado de sus vidas se cruzan con la muerte de un ser querido. En casi todas ellas, además, la escritura o la lectura ocupan un lugar predominante en sus acciones.

        “La vida en llamas”, el relato que inicia el libro, cuenta la historia de un joven que cuida a su padre en sus últimos días leyéndole un libro que parece que los une a ambos como nunca antes. Mientras tanto él fantasea con la vecina embarazada. Las mujeres embarazadas son también una constante en la obra de Ricardo Menéndez Salmón. “La vida en llamas” nos habla del poder sanador de la literatura, de cómo es posible que nos una más a los seres más queridos, porque a veces olvidamos que lo son.

El título del libro no importa demasiado. En cualquier caso, puedo asegurar que contaba una de esas historias que merecen ser escuchadas al menos una vez en la vida.
       
        Y el padre del narrador pudo hacerlo. Y este comprendió:

cuánto dolor existe en cada vida que nos rodea: la de las mujeres que esperan, la de los hijos que pierden a sus padres, la de los hombres en llamas.

En “Hablemos de Joyce si quiere” un joven aspirante a escritor que sobrevive haciendo encuestas sube al piso de un señor que le es extrañamente familiar y que con el tiempo lo será aun más.

Así que conoce a Joyce —dice el Martín cincuentón—. Hablemos de Joyce si quiere. ¿Es usted escritor?

        Así comienza todo. “A nuestros amores” cuenta la historia de un pintor que recuerda a una novia con la que fue a ver Al final de la escapada, de Jean Luc Godard. Tras ver la película se besaron de una forma tan apasionada que sintieron que ya nunca nada iba a ser igual. Es curioso: a mí me ocurrió algo parecido.

        En todas las historias aparece la literatura o el cine, el arte que, como ya escribió Vila-Matas, da sentido intelectual a nuestras vidas. La única historia que no sigue este axioma es la que da título al libro, “Gritar”, que el autor dedica a Hipólito G. Navarro, el contador de cuentos onubense, y que sigue el método cortazariano, que tanto ha cultivado Hipólito, de tratar lo extraño como si no lo fuera, creando así situaciones extrañas e impactantes. Los que aún no conozcan al narrador gijonés Ricardo Menéndez Salmón tienen aquí una formidable excusa para pasar un buen rato, leyendo historias sobre la vida y el arte, conocerse un poco más a sí mismo y, de paso, conocer a uno de nuestros mejores narradores actuales.